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Consejos para el bienestar de los niños y las familias

Foto cortesía de iStock

Si hubiese una forma de ayudar a los niños a prestar mejor atención, a ser más generosos con sus compañeros, desempeñarse mejor en la escuela y ser más conscientes de sí mismos y de los demás, ¿la probaría? ¿Qué pasaría si este método fuera gratis, relativamente fácil y solo costara un poco de su tiempo y concentración?

Al leer esto, suena demasiado bueno para ser verdad. Pero un reciente estudio conducido por investigadores del Center (Centro) muestra que efectivamente podría ser así de simple. Lisa Flook, Científica principal y su equipo, han desarrollado un Plan de estudios sobre la bondad para niños en edad preescolar basado en la atención plena (puede registrarse para obtener acceso gratuito al plan de estudios).

Si bien los investigadores aún se encuentran midiendo la efectividad del plan de estudios, ofrecen algunos consejos informales para las familias que quieran comenzar a practicar la bondad y la atención plena con sus hijos pequeños.

Flook y las especialistas de difusión, Lisa Thomas Prince y Lori Gustafson, ofrecen algunos consejos.

Si bien la investigación sobre las prácticas de atención plena en niños aún se encuentra en una etapa temprana, los resultados iniciales muestran posibles beneficios en la capacidad de autorregulación en niños. Desarrollar la capacidad de enfocar la atención es una habilidad esencial que beneficia a los niños en sus relaciones, la escuela, el deporte, la música y otras áreas de la vida.

"La respiración es un recurso del que no siempre somos conscientes, pero que siempre está con nosotros"

Tanto en niños como en adultos, practicar la atención plena en momentos de relativa calma puede ayudar a fortalecer la capacidad para usar estas estrategias cuando las emociones se intensifican o surgen desafíos. Ya que los niños aprenden observando a los adultos que le rodean, intente unirse a sus hijos cuando practican estos ejercicios. A continuación, se ofrecen algunos ejercicios de bienestar para familias y niños:

Crear un espacio tranquilo

Para lograr un equilibrio dentro de la ocupada vida, dedique algo de tiempo y espacio para la tranquilidad. Encuentre un lugar en un dormitorio, en una silla en su hogar o en un banco de un parque local donde usted y sus hijos puedan hacer una pausa por unos momentos y desarrollar un sentido de familiaridad con el silencio. Observe de qué manera, al permitir que nuestros cuerpos descansen en silencio, nuestras mentes logran calmarse y tomar conciencia de los elementos que nos rodean y de nosotros mismos de una manera nueva y diferente.

Prestar atención con propósito y curiosidad

Los adultos a menudo les decimos a los niños que “presten atención”, sin explicar realmente a qué nos referimos o incluso a cómo hacerlo. Mediante la atención plena, dirigimos nuestra atención a todo lo que está sucediendo en el presente, en el entorno que nos rodea (como sonidos o imágenes) y en nuestra experiencia interna (como sensaciones o emociones). Por ejemplo, salga a caminar y trate de percibir sonidos de todo tipo. O bien, pruebe un ejercicio de alimentación consciente y lentamente, con concentración y tranquilidad, explore un alimento con todos los sentidos antes de comerlo, como si lo viera por primera vez, notando los olores, colores, texturas y cualquier sensación de placer o desagrado.

Lori  Gustafson Classroom Web

Hacer una pausa y percatarse de la respiración

La respiración es un recurso del que no siempre somos conscientes, pero que siempre está con nosotros. Prestar atención a las sensaciones y el movimiento de la respiración en el cuerpo puede ser relajante y tranquilizador. Con niños, explore la respiración colocándolos boca arriba y observe el movimiento del pecho o el vientre a medida que inhala y exhala. Intente utilizar otros momentos del día para prestar atención a la respiración, por ejemplo, cuando se detenga en un semáforo en rojo, antes de contestar una llamada telefónica o un mensaje de texto o mientras espera en una fila.

Ofrecer deseos afectuosos

Como es lógico, en nuestra vida diaria nos encontramos con experiencias agradables, desagradables y neutras. Cualquiera sea la circunstancia, podemos practicar el cuidado y la compasión hacia nosotros mismos y hacia los demás ofreciendo deseos como: “Que seamos felices, estemos seguros y  estemos colmados de amor”. Los deseos afectuosos se pueden utilizar cuando experimentamos inquietud antes de hacer una prueba, cuando pasa un vehículo de emergencia con sus sirenas a todo volumen o simplemente para entregar amabilidad a otra persona, conscientes de que todos deseamos ser felices. Cuando compartimos un deseo afectuoso con los demás de manera verbal o incluso en silencio con nosotros mismos, puede ayudar a calmar las emociones y fortalecer nuestros sentimientos de conexión.

Practicar la gratitud

Preguntarnos las razones para estar agradecidos abre nuestros ojos a la bondad que nos rodea y fortalece nuestra sensación general de bienestar. Podemos cultivar la gratitud de formas sencillas. Por ejemplo, podemos tomarnos unos minutos para reflexionar sobre las cosas buenas que sucedieron durante el día, mantener una lista de personas y cosas por las que estamos agradecidos o crear un diario de gratitud utilizando palabras e imágenes. Al hacer una pausa y prestar atención, podemos apreciar cosas que de otro modo daríamos por sentado, como el calor del sol, el agua limpia para beber, la sonrisa de un vecino e incluso nuestra propia respiración.

 

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